martes, 30 de octubre de 2012

S.K. y el inglés (II)

    Apagaron las luces del avión, yo me coloqué el antifaz para intentar dar una cabezada. La noche anterior, la de despedida de Durango había dormido dos horas. La fiesta y que el avión a DF salía al alba, hacía que tuviera sueño para dar y vender. Me tapé con la mantita, seleccioné música clásica y con la sinfonía suave me dispuse a dormir. Pero fue otra la sinfonía que escuché, con otros movimientos orquestales en la oscuridad.
     En los aviones, el espacio es reducido, estás codo con codo con la de al lado que seguía susurrando en inglés con el italiano y no callaban, aunque no era ya molesta su conversación. Pero de pronto en el brazo del asiento aparece un tercero, la mano del chico que se ha volcado sobre ella y se besan apasionadamente. Yo me despierto, me quito el antifaz y compruebo que la negra no es un alien, sino que efectivamente el tercer brazo corresponde al que se está morreando con ella. Vuelvo a mi posición inicial y ellos continúan tapaditos su intercambio de kisses. Al momento escucho como la chica dice repetidamente: No, stop, no, stop... por lo que intuyo que el italiano le está metiendo mano hasta el trigémino y la chica, todavía algo pudorosa, intenta que no se le caliente más el horno. Pero creo que no lo consigue porque mi siguiente despertada coincide que sobre apoyabrazos no hay brazo en esta ocasión, hay algo blando, que resulta ser el culo de ella, que ahora está volcada sobre él mirando al norte y hablando más francés que inglés, toda tapadita debajo de la manta.
     Imposible conciliar el sueño, pero lo intento y es el paso por unas turbulencias con el consiguiente "abróchense los cinturones" y encendido de las luces del avión, lo que me confirma la posición anterior. En un revuelo los dos amantes intentan colocarse en posición de buenos chicos, manta aquí, manta allá, recomponte en vestido, súbete la bragueta, abróchate el cinturón, recomponte el pelo. La mare de Déu i el torró de Xixona!
     Todo vuelve a la normalidad, se vuelven a apagar las luces y ellos a su faena. La siguiente vez que me despierto ni brazo, ni codo, ni culo: no está ninguno de los dos. Y vuela mi imaginación a Sylvia Kristel a Emmanuelle y la escena en el servicio del avión. Y todo con el antifaz puesto, que le da como cierto misterio a la trama.
     Se hizo la luz, sirvieron el desayuno, ellos estuvieron cogidos de la mano hasta la bajada del avión. Un par de monjitas mexicanas que viajaban a España, dos filas más adelante, se levantaron  al servicio por primera vez, y al pasar por delante de la promiscua parejita les echaron una mirada de soslayo, como diciendo: (no habéis callado en toda la noche, pecadores.)
     Y yo llegué a la cinta a recoger las maletas, pensando: ¿si hubiera sabido inglés...?

lunes, 29 de octubre de 2012

S.K. y el inglés (I)

    Estando en México (18 de octubre) nos enteramos de la noticia de la muerte de Sylvia Kristel, la protagonista de Emmanuelle (1974), el mito. Con solo 60 años un cáncer se la llevó. Comentábamos la famosa escena del avión, donde unos polvos la encumbraron al estrellato del cine erótico. Cuando se estrenó la película, yo celebraba mi decimoquinto cumpleaños, y la holandesa no pasó desapercibida en mi pubertad.
    Pero eso que pasaba en la película dentro del avión, siempre creí que era una licencia del director, que eso en la vida real no pasa. ¿No pasa? ¡Eso creía yo!
    Nos situamos en el avión de regreso a España el 20 de octubre. Fila 31 del vuelo de AeroMéxico AM001. Yo sentado en el primer asiento del pasillo, es decir el "D", el "E" vacío y en el otro pasillo, el "F" otro pasajero.
    En el last minut aparece una joven negra (color Obama) de unos treinte años, guapa, con un par de poderosas razones para pedir en inglés un help a la hora de colocar su equipaje en el altillo del avión, sacar un portátil que dejo en su asiento y colocarse el cinturón de seguridad porque aquello empezaba a moverse por las pistas de rodadura. Por cierto, en la maniobra de levantarme y ayudarle al inclinar la cabeza para no darme con el altillo, incliné la cabeza y la pérdida de equilibrio me llevó a escasos centímetros de sus exhuberantes pechos. La chica me dice si hablo inglés, le contesto que no, y es el viajero de su derecha el que se ofrece a ayudarle porque él si habla inglés. Entiendo que se presenta como un directivo de la Pepsi Internacional, que viene de hacer controles de calidad en Guatemala, México, que viaja a España y terminará su recorrido en Italia, su país. Desde ese momento no dejan ambos de hablar, hablar, hablar en inglés, es evidente.
    Despega el avión, reparten las mascarillas para  poder dormir sin que la luz te moleste, sacamos las mantitas de las bolsas, el almohadón, nos acomodamos y empiezan a servir la cena. La pareja, que no deja de hablar en inglés, pide y se toma cada uno cuatro copas de wine, que a ella le resulta excelente y a él, por simpatía, también. Retiran el servicio las azafatas y apagan la luz del avión, porque ya eran las diez y media de la noche, hora mexicana. (continúa)
                                                                               

martes, 23 de octubre de 2012

Y volver, volver, volver...

     Cuando se sufren los avatares del destino a la ida, lo que pretendes es que no se repitan a la vuelta. Por eso lo de volver, volver. volver, a tus brazos otra vez.
     Uno cree tener todo controlado y en las mejores opciones para no dar pábulo a la fatalidad. Una rueda revienta siempre en momentos inoportunos, pero cuando un vuelo internacional te espera y un accidente provoca el retraso, no caben parches. O llegas a la hora o no llegas.
     Y jugábamos con un colchón horario suficiente, creía, para hacer el embarque en tiempo y forma. Pero reventar en la Radial 3 y ante la gravedad avisar a la asistencia en carretera, que tardó en llegar porque entró por el sentido equivocado, hizo que el tiempo empezara a correr en nuestra contra a minutos agigantados. Y llegamos al aeropuerto, pero entre dejar el coche en el aparcamiento de larga estancia, formalizar la documentación que se requiere para el caso, esperar el minibus que te lleva a las terminales, equivocarse una vez más en si la uno o la cuatro, llegamos cuando la campana acababa de sonar, decretando el fin del asalto. Tuvimos que ganar la pelea en otro asalto, en opciones posteriores, y los ánimos se resintieron.
     Al final la diosa Fortuna convenció a Mercurio, el dios alado, y volávamos a México con retraso. Los días que se había previsto para ensayar, adaptarnos al lugar y disfrutar de un fin de semana sin actuaciones, se esfumaron y desde que pisamos Durango, todo fue vertiginoso e intenso. Teatro, teatro, teatro, viajar, comer, hoteles, teatro, teatro, teatro...
     Las actuaciones salieron dignísimas, impecables en tierras transoceánicas, con lo que ello supone para quienes estrenan por primera vez en su vida a muchos miles de kilómetros de nuestros teatros, nuestros conocidos, amados y al tiempo denostados teatros.
     Mi curiosidad era escuchar el latido del público, su respiración, su incómoda risa en los únicos momentos que la función deja esbozarla, las caras al final de la obra, los aplausos, los comentarios..., ver a la Señorita Julia viva y trasportada al México de los años 50 con sus paisanos evocando (los que lo vivieron) la vida en una hacienda, donde la diferencia de clases era palmaria, como lo es en el texto original y el adaptado para este estreno.
     Y recibimos el doble que les ofrecimos- La gente mexicana es agradecida a las buenas interpretaciones teatrales, se fotografía contigo, no quiere que te vayas al hotel al acabar la función, quiere hablar contigo, que les cuentes, quieren prolongar la velada teatral y te ofrecen refrescos, pasteles en los camerinos y no te dejan irte a casa sin despedirte a pie de furgoneta con una sonrisa y mirada franca.
     Actuar en México ha sido siempre para mi, y en esta ocasión en especial, una recorfontante y profunda respiración teatral. D'eixes que te quedes recloxint.  

jueves, 11 de octubre de 2012

Sueño cumplido

    Faltan horas, pero lo doy por cumplido. El sueño que se gestó hace un par de años va a ser realidad el próximo 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús, patrona del cuerpo de Intendencia. Un día como este me licencié de la mili hace veintinueve años y el lunes, en Gómez Palacio, Dgo, México, será mi presentación como director de una produción internacional. La Señorita Julia, adaptada por mi, se estrenará en el teatro Alberto M. Alvarado a las 19:00 hora local.

martes, 9 de octubre de 2012

Mangas verdes

    Hoy se destapa la prensa con un sondeo de Metroscopia, en el que se lee la presunta pérdida del gobierno valenciano del PP si hoy se celebrasen elecciones. Hoy día 9 d'octubre y dándonos estos disgustos. ¡Chica, calla!
    El gobierno alternativo sería un tripartito PSOE,Compromís, EU o un cuatripartito si incluimos a los rosadíez boys. ¡Chica, calla!
    Ahora que el afilador ha dejado sin hoja el cuchillo de tanto pasarlo por la piedra, que de las tijeras solo quedan los ojales para los dedos porque de tanto recortar ha desaparecido el resto, ahora es el momento de cortar por lo sano. No hace unos años cuando esto se olorava, cuando per tot arreu se lo estaban llevando calentito. Ahora es como bufar en caldo gelat, no vale para nada. Da igual quien gestione la crisis, si a partir de ahora solo hay fam i misèria para una temporadita.
    Y si el poder pasa a la izquierda, las puñalás traperas entre los posibles, van a derramar sangre para pastar fasegures una década. Porque ahora no es el momento de salvar al moribundo, sino esperar que las circustancias sean favorables y que bufe el vent que haga mover la nave, como esperó Agamenón. Y mientras a pasar facturas viejas, a desempolvar herencias mal cobradas y/o pagadas. Y a la derecha otra vez el le entrará el descollone, para que dentro de una legislatura, como mucho dos, nos digan los prohombres: esto es herencia del tri/cuatripartito. Que si el pacte del tinell... ¡Chica, calla!
     Que les den por donde amargan los pepinos y que sigan al pie del cañón, aunque no tengan ni bombas ni salvas que disparar. ¡Que revente lo que han pastat durante más de tres lustros! Tres lustros sin lustre, al menos para la mayoría, porque Juliosiglesias, Santiagoscalatravas y otros si que se han lustrado. Y de paso nuestros gobernantes, por aquello de quien parte y reparte...
    Hoy 9 d'octubre nos vienen con sondeos de este calibre. ¡A buenas horas, mangas verdes!