miércoles, 7 de agosto de 2013

Juegos y errores reales con palomos

     La frase la estaba esperando y hoy aparece en los medios de comunicación. La infame suelta de palomos de las cárceles marroquies viene resumida en la que hoy se puede leer en todos los periódicos: "Es un regalo del rey a vuestro rey".
     Lo del alauí me la trae al pairo, pero lo del nuestro no puede ser más nefasto. En primer lugar no sé realmente a lo que fue a reino de abajo. Bueno, me lo imagino, dado lo artillero que dicen que es, y la sequía que padece el complejo de La Zarzuela desde que no riega Corina. Para eso uno se inventa una visita de estado con ministros, adláteres, correveidiles que enmascaren el imaginado motivo del borbón. Mientras unos se reúnen con sus homónimos, el otro se reúne con huríes en vaporosos y húmedos sueños.
     Pero hay que ser magnánimos y en esta partida de ajedrez, los dos reyes, que ya han pactado las tablas, firman la libertad de cincuenta compatriotas que penan en las cárceles sus tropelías. Y aquí viene el desaguisado. Como no se enteran de la misa la media, porque ellos están a lo que están, le pasan una lista de indultos, otra de trasladados a los presidios españoles, alguien junta las listas, nadie comprueba nada, se cuela un pederasta internacional, firma al canto, la puerta se abre, salen los palomos, nos damos cuenta del error (por las protestas de la gente), que la polícía internacional lo busque, que lo encuentra en Murcia, que ahora hay que devolverlo a Marruecos, que tienen cuarenta días para contestar, que probablemente cumpla la condena en España, ... ¡Qué despropósito por alá y por aquí! Por cierto, cómo se escucharán entre ambos, que el único nombre que Juan Carlos pronuncia para que sea liberado, por mayor y por enfermo, el otro no lo libera. Libera al hijo, pero no al padre. Quizá solo prestó atención al apellido y como tienen  el mismo... ¡Qué vergüenza me dan! Mira ya de jubilarte, que ya está bien y te compras un adosado al lado del palacio real de tu amigo.
     Si no existiera la monarquía española, estas vacaciones reales no se hubieran producido, la huríes estarían en el paraíso esperando su turno laboral, no hubiera existido ningún regalo regio, y de hacerse un indulto y unas deportaciones, serían fruto del análisis y no de la dádiva, y quizá unos funcionarios no cometerían tantos errores. Porque no solo es el pederasta el único error, otros veintinueve palomos más volaron libres cuando lo que tenían que hacer es cambiar de jaula. Hay que buscarlos y treintaplicar los gastos, que nos costará el error real. Mientras, con tanto palomo suelto, lo mejor sería hacer un campeonato de colombicultura. El premio algo tricolor, por favor.