miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los votos olímpicos

     Que el COI no quiere que Madrid organice los JJ.OO., es notorio. Ya van tres calabazas y las convocatorias se agotan como en las carreras universitarias. Otro suspenso en septiembre. 
     Tenía una entrada por si sonaba la flauta, pero ante la ausencia de sonido no verá la luz, será abortada. Pero no me resisto a dar mi opinión sobre el desaguisado. Y me centro en buscar los "culpables" del fracaso.
     En las pasadas intentonas, la culpa (según la muletilla del PP) era de Zapatero. Así opinó Mariano Rajoy en su momento. Dijo que José Luis no supo hacerse con una cincuentena de votos olímpicos necesarios. La política exterior española del momento, la no sumisión ante la bandera estadounidense y otras zarandajas fue la recriminación que se le hizo a "Bambi".
     En este último ridículo, pude ver en televisión un corte en el que aparecia la infanta Margarita tratando de tontos a los periodistas por dudar del éxito de Madrid 2020. Y la frase que se dejó caer a continuación vino a decir que su sobrino, el príncipe Felipe, a título individual, había conseguido votos suficientes para traer al Foro Madrileño los deseados juegos. ¿Qué hacían entonces los otros 179 una semana en Buenos Aires? ¿Ensayando el relaxing cup...? Cuando nos eliminan en primera ronda frente a Estambul, se cayeron los palos del sombrajo. 
     Y mi pregunta fue inmediata una vez conocido que el país nipón había sido el elegido: ¿de quién es la culpa del fracaso español? De quién va a ser: ¡de Zapatero! Es de cajón. Si el expresidente hubiera conseguido los votos en las ediciones anteriores, la infanta Margarita no hubiera dicho estas burradas ni el príncipe hubiera tenido que implicarse tan a fondo, porque ya tendríamos los JJ.OO. en 2016, en vez de tenerlos Brasil. O en 2012, a la primera intentona.
     Rajoy no puede tener la culpa, ni su política exterior porque él estava en San Petesburgo en la reunión del G-20, donde Putin al despedirse de la cumbre le anunció que Tokio sería la ganadora. Y no es visionario, es simplemente un mandatario bien informado.
      En Buenos Aires faltó un deportista de élite, al tiempo que de la familia real, para apoyar la candidatura: Urdangarín.
     O no, porque en el lunch que ofreció la delegación española había poco pan para tanto chorizo.

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