lunes, 9 de julio de 2012

Antígona (III)

     Estamos a doce días del estreno. Y lo único que me preocupa es que nos haga viento ese fin de semana. Porque la lluvia la descarto,a tenor de la sequía que padecemos. Todo lo demás está bajo control. No es que la obra ya esté en su punto, pero con el tiempo que queda se servirá en óptiomas condiciones, en las mejores condiciones. Aunque en este caso no vaya a levantarse ningún telón, virtualmente este se levantará con la dignidad que requiere una apuesta de este calibre.
     Queda desvelar algunos intérpretes de la tragedia. Jùlia Esquembre será la Mensajera, papel importante porque la escena final está en sus manos. Fue uno de los primeros papeles que di, lo vi claro. Ella estudiando Arte Dramátrico en Valencia, actriz en 8 Mujeres rayando a gran altura, unas ganas locas de que se hiciera Antígona en la cantera, cuando su madre Raquel y yo lo comentábamos en su casa, y una fe ciega en las posiblidades de esta actriz que hemos visto crecer día a día, hicieron que el papel fuera suyo.
     Otro actor, de Algueña, que he visto ilusionarse con el teatro a mi lado será Hemón, el hijo del tirano Creonte. Sergio, nos hizo el Simón en los Tribunales, ha hecho Judas este año. Está loco por seguir interpretando y ante una fuerza arrolladora como la suya, no dudé en darle el papel de hijo y a la vez novio de Antígona. Con su mujer embarazada y avanzada en la gestación, no duda en acudir a ensayos después de una dura jornada en la cantera, donde trabaja a pleno sol.
      La Reina es un papel menor en la obra, solo tiene una frase. Pero la actriz que lo interpretara debía ser alguien muy especial. Y mis anhelos se han cumplido. Hace años vi un montaje dirigido por ella, muy bien dirigido: Samarkanda y quedé hipotecado con Rocío. Le dije que un día trabajaríamos juntos y ha llegado el momento. La hija de Ñoño, a la que vi desde pequeñita crecer y que me recordaba el otro día cuando yo la tiraba una y otra vez a la piscina entre risas, es una mujer de teatro y además de interpretar a Eurídice, está ayudándome en la dirección del Coro, en esta recta final donde dos manos son pocas para coordinar a 27 actores/actrices.
     No lo hago más largo, en la próxima entrada de Antígona hablaré del músico, del resto del reparto y de algún pormenor de última hora.

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