martes, 30 de julio de 2013

Electra (II)

    Sigo hablando de Electra. De Selena y su papel prota ya emití mi comentario. Ahora toda hablar del prota masculino, Orestes. Se lo encomendé a Sergio y no me arrepiento. Es un actor que crece como la espuma, es disciplinado, estudioso y sobre todo, involucrado en el teatro. Conjuga un duro trabajo, con una familia que crece, con su banda de música y con el teatro, pero saca tiempo para todo, se organiza muy bien y llega a los ensayos con fuerza, ensayos en los que encuentra un oasis que le haga olvidar la cantera, aunque ensaya para ir a otra cantera. Tiene defectos, vicios que le cuesta soltar, pero sabe escucharme, se corrige y no le importa que a veces le machaque hasta aburrirle, porque por encima de todo, su meta, como la mía, es que brille el máximo en las funciones. Tengo que decir que la escena del encuentro entre Electra y Orestes, me quitaba el sueño, podía parecer infantil/ñoña, increíble, pero la interpretación que los dos hicieron de sus personajes, y el acompañamiento musical de la misma, la convirtieron en una de las escenas de la que estoy más satisfecho. Era el momento "anagnórisis" de la obra, situada casi al final de la misma, y si se caía, la obra se iba a la mierda, hablando mal y pronto. Gracias por vuestra verdad, Sergio y Selena. Una vez más os lo digo, estuvísteis impresionantes. Os quiero.
      Si importante fue el trabajo de los protas, a un nivelazo estuvo la "mala" Clitemnestra. Rocío, que el año anterior tuvo una reina testimonial (solo tenía una frase), este año apechugaba con otra reina, pero densa, densa, como niebla en el East End de Londres. Y disipó con su fuerza la niebla e hizo que el sol de la tarde en la cantera brillara doblemente. La mitad de ese brillo se lo debemos a Rocío. Baste decir, que sus compañeras las coreutas, se estremecían con sus interpretaciones en los ensayos y en las funciones. Ellas la tenían a escasos centímetros y retumbaba en su interior las razones que Clitemnestra arguye en Electra para justificar su  postura ante los hechos. Y si el coro se emocionaba día tras día, aunque a base de repetir la misma escena te deja de sorprender, el público que la ve por primera y única vez, ha colocado en un pedestal alto, altísimo y merecido la interpretación de Rocío. Con las divinidades se ha llevado divinamente y es que nuestra "reina" es una delicia en el trato, es una gran compañera y se hace querer. Y yo la quiero y mucho. Va a poner un punto y seguido en la cantera. Todas y todos esperamos el momento que reemprenda, que no tardará.
     Hasta entonces, aunque no voy a dejar de trabajar con ella porque tenemos otros proyectos comunes en Elda. A ver si cuajan.

1 comentario:

  1. acabo de descubrir como comentar tus entradas. he de reconocer que leo esto de vez en cuando para levantarme la moral. es lo mejor que han dicho jamás de mi "trabajo". y darte las gracias a ti por confiar en nosotros, y por enseñarnos los entresijos del teatro.
    nos vemos en el ensayo mestre

    ResponderEliminar