jueves, 13 de septiembre de 2012

26+ 26 + ... ¿26?

     El pasado martes se produjo una cifra anecdótica en mi vida. Me reí con Remei al puntualizar que ese día empataba con exactitud 26 años de soltero con 26 años de casado. Era nuestro aniversario, obvio. Un 12 de septiembre, el mismo día y el mismo mes que se casaron mis padres y mis suegros, lo haciamos Remei y yo en el año 1986.
     Fue un acierto caer en este juego cabalístico, pero lo hice correr aún más. Le planteé: ¿y los próximos 26 años, no podría estar divorciado? Así seguíamos jugando con la puñetera cifra. La respuesta de ella fue la esperada. No la voy a reproducir, que cada cual opine cuál fue.
     Luego pensé que o no la completaría, o podría arrepentirme, o por qué dividir mi vida en tres estadios. De momento me vi en la tercera edad, y no quise seguir con el juego y todo quedó ahí, en la constatación de que de momento había empate.
     Esto podía haber quedado ahí, pero en mi cabeza estas cosas dan más tumbos y se me ocurrió busca frases, sacadas de títulos de obras de teatro en las que incluir las palabras derivadas de divorcio. Y ahí va alguna que otra: Casa con dos mujeres, difícil de divorciar. El divorciado por desconfiado. El perro del divorciado. El gran teatro del divorciado. El sueño de una noche de divorciado. Don Juan Divorcio. El divorciado imaginario. Muerte accidental de un divorciado. Mucho divorcio y pocas nueces. Divorciado Rey. Divorcio se escribe sin hache. Usted tiene ojos de divorciado fatal. El condenado por divorciado.
     Y el refranero tampoco tiene desperdicio jugando con la palabra. No por mucho madrugar, amanece más divorcio. Dame pan y dime divorcio. A quien el divorcio se la de, San Pedro se la bendiga. Cada divorciado con su tema. Divorciado con guantes no caza ratones. Divorciado escaldado del agua fría huye. En septiembre el que tenga un divorciado, que lo siembre. Por San Blas, el divorcio verás. En casa del divorciado, cuchillo de palo.
     Se acabó.

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