miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuaresma

     El entierro de la sardina concidió este año con el Día de la Mujer, y hoy Miércoles de Ceniza, comienza la Cuaresma, que aunque es un nombre en femenino, no tiene nada que ver con una celebración como las de ayer.
     Hace unos años, la Cuaresma era cuarenta días donde los represores y las represoras se ponían las botas. Muchos se dejaban de fumar, ahora con la Ley de protección del no fumador y el con el precio de una cajetilla, no hace falta que dejar de fumar sea penitencia.
     Por cierto, ¡qué gusto da comer y cenar en bares y restaurantes, sin que la primera entrada del menú sea HUMO! ¡Y la última, claro!
     En esas cuaresmas eran tan exageradas las prohibiciones, que cuando un niño jugaba a la pelota en la calle, se escuchaba: ¡No juegues con la pelota, que estás jugando con la cabeza del Señor! Sin comentarios.
     En la iglesia se encapuchaba a los santos con unas telas de color morado hasta el día de Resurección. ¡Tu sabes cuanta alegría desbordada había en los altares de la iglesia, para tener que prohibir la visión del Corazón de Jesus o de Santa Rita, por poner dos ejemplos!
     Los viernes no se podía comer carne, excepto los que tenían bula o la compraban (es decir, los ricos). Y para los y las más de lo más, la frase era: ¡Ayuno y abstinencia! Ché, un derroche de gula y hedonismo.
     Hoy, la ceniza -de nuevo el color morado- que se obtiene de las palmas secas del Domingo de Ramos anterior, cubre cabezas o su representación con una cruz en la frente.
     En este mundo de crisis, no hace falta escurrir más el limón, pero por si las moscas, penitenciagite.

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