El tio Basilio "el albercoc" vendía ropa por los campos y pedanías de Pinoso. Se presentó una mañana en El Faldar y la chiquilla que le vio llegar dio una voz a su madre que estaba dentro de la casa: Mare, ha vingut el tio "alberchic". La niña no recordaba exactamente el apodo del tio Basilio.
Al salir de la casa la madre le espetó esta frase genial: Xé, Basilio, no sabia que t'havien empeltat!"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario