sábado, 24 de diciembre de 2011

Bon Nadal

     Llegada la Nochebuena, el Parnaso toma unos días de descanso, hasta que los Reyes Magos se disiven por la costereta. De todas formas si algo me bulle, lo suelto antes de socarrarme.
     La grossa de Nadal se ha ido a un pueblito de Huesca para escarnio de las colas interminables de Sort y de Doña Manolita.
    Intentaremos que el Niño, algo más pródigo en premios, nos depare un pessiguet y que 2012, además de ser bisiesto (haremos doble siesta) se anime un poquito, y que los especuladores den una tregua en su vorágine insaciable y desmedida por acumular riquezas.
    Si al final, dentro de cien años, todos calvos.

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