lunes, 16 de abril de 2012

El combregat del pelut

   El lunes de San Vicente, por eso es fiesta, había una procesión, donde el Santo Viático -bajo palio- iba recorriendo las calles y se le daba la comunión a los que, enfermos y postrados, no tenían opción a asistir a la misa semanal. Todavía hay pueblos donde se celebra esta festividad, como Biar, y en Pinoso se vino haciendo hasta mediados de los setenta. Y a llevar la comunión a los enfermos en valencià se le llama combregar.
     Cuenta la tradición que por los años treinta en el bar del tio Belana, se juntaba "lo mejorsico de cada casa" y a puerta cerrada, caída la noche, hacían un acto irreverente al que llamaban el combregat del pelut. Consistía en sentarse alrededor de una mesa donde el centro lo ocupaba un barral de vi i un plat en cacaus i torrat.
     El sacrílego oficiante comenzaba con una oración de este calibre: Hermanos, ¿creéis que un oficial de barbero, un sacristán y un bombero son tres personas distintas y un solo dios verdadero? Todos contestaban: ¡Sí, creemos! Pues si así creeis, continuaba, orad conmigo: Oh, figoto de la mangoto! Y el vino corría de mano en mano hasta que llegaba al último. Y el siguiente soltaba otro improperio del estilo y ronda de vino al canto. Y así hasta coger el pedo, entre risas, que tardaba en llegar por mor de la ingesta de la cascaruja. Pero llegaba y todos a casa más contentos que las Pascuas que finalizaban. Porque la fiesta de San Vicente es la que cerraba y cierra estas fiestas religiosas de primavera. 
     

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