jueves, 10 de febrero de 2011

Consulta eterna

     Coincidí muy poco tiempo con mi padre en el Ayuntamiento. Pero con él, con Juanito, con el Niño, aquello era un trabajo nada aburrido.
     Mi padre llevaba el negociado de Rústica, entre otros, y una mañana de acercó un vecino agricultor que tenía tierras por la falda de la Sierra de Salinas, y necesitaba localizar un bancal, para una transacción de la que le pedían el "polígano" y la parcela.
     No llevaba ni diez minutos en la localización, cuando llegó Juanito, el hermano de Perfecto, que esperó su turno para otra consulta.
     Como que los planos que se utilizaban databan de 1925, estaban dibujados a mano, y cualquier parecido con la realidad era mera coincidencia, no daban con el trozo en cuestión. Así, desde las nueve a la una de la tade apoximadamente.
     Este no es, este tampoco. ¿Pero está al lado de una senda? Este se le parece pero es muy pequeño. ¿Con quién linda? ¿Dónde queda Ubeda? Mira. ves este es mío, pero no es el que buscamos... Así cuatro horas, con Juanito de testigo sin decir ni mu.
     No dando con la pieza, el vecino desiste de su búsqueda y decide que mañana será otro día.
     Le toca en turno a Juanito, y cuando no tiene mi padre la ficha catastral en la mano, vuelve el vecino y dice: Quitet, enséñame otra vez un bancal que hemos visto, que creo que es ese.
    Juanito, todo sorna, le dice: Xe, Tomàs torna a l'estiu que allarga més el dia!

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