domingo, 5 de junio de 2011

don Marconi

     Así le gustaba que le llamaran. Miguel "Marconi" era un mecánico con taller en lo que actualmente es la mayor tienda de china en Pinoso. Entrañable personaje, procedente de Salinas, fue un gran cómico que en los comienzos de Taules -y míos- en el teatro, marcó significativamente nuestra carrera. Siempre con su bigote a lo "charlot" y su peculiar forma de actuar tenía muchos adeptos que llenaban el teatro para reir con él.
     De Miguel hablaremos mucho en este blog porque tiene anécdotas a porrillo.
     Pero para empezar, contaré una fuera del mundo del teatro.
     Miguel tomaba café todos los días en el bar de Arturo. No hacía falta que pidiera, era de los asíduos. Nada más entrar, Paco o Arturo servían un café con leche en vaso bajo y una madalena. El precio era seis pesetas. Don Marconi se lo tomaba y seguía fumando sus caliqueños mientras volvía a su taller de la carretera de Jumilla.
     Ocurrió que una mañana, alguien de la familia de Arturo pellizcó la única magdalena que quedaba en el bar, antes de irse al colegio. Cuando llegó Miguel, Arturo le explicó que no quedaba otra que la media madalena que incomprensiblemente alguien había pellizcado. Aquello continuó con el humor de aquel entrañable bar que marcó muchas décadas del devenir pinosero. A la hora de pagar, las seis pesetas de rigor.
     A la mañana siguiente, de nuevo el café con leche y la magdalena. Pero el ingenioso "don Marconi", había tenido la paciencia de colocar una peseta en el torno y cortarla por la mitad. Depositó en la barra un duro y la media peseta. Arturo preguntó que era aquella moneda partida por la mitad.
     - No em vas donar ahir mitja maleneta, jo hui mitja pesseta!, le respondió. En pau!

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