lunes, 5 de septiembre de 2011

el cura Rubio (I)

     Este personaje y sus anécdotas merece más de una entrada. Aquí va la primera. Y su presentación.
     En primer lugar diré que este señor (demasiado elogio) es un sinvergüenza, vividor, embaucador y no sigo. De profesión sacerdote, de expresión simia, de andar patizambo y con mucha cultura a sus espaldas.
     Ahora es asesor de internacional de la alcaldesa de Alicante y hace unos años, recayó en Pinoso de manos de Paco Rico, autonombrado primer rector de la Universidad Popular "Enrique Tierno Galváñ". Lo trajo como su valido, ya que el otro por entonces seguía siendo profesor en Madrid y no podía estar en su cátedra pinosera. El cura vino cobrando, ¡cómo no! cien mil pesetas de aquellas. El alcalde que soportó tales infamias fue el recordado Perfecto. No me extiendo más en elogios que se me sueltan los dedos en el ordenador.
      Pues el santo bebedor de la curia, tenía a bien conocer y recitar de memoria las marcas de coñac de más de 1500 pesetas la copa. Era como una letanía, pero en marcas de coñac en vez de santos de la iglesia.
      Después de una opulenta comida en uno de los días que venía a Pinoso a justificar su sueldo (uno a la semana) se lleva a Perfecto al Majovic's a enseñarle a beber coñac bueno. Le pide a Evaristo dos copas de 1866, el coñac más caro que atisbó en el botellero del pub, pidió que las copas-balón se sirvieran sobre sendas tazas de agua caliente para calentarlas, y cuando creyó alcanzada la temperatura ideal, mandó servir el coñac sin levantar las copas. Y le dijo al alcalde que esto se tomaba con chocolate. Salió y en un minuto regresó con una pastilla de chocolate de "La Mare de Déu".
     Le dice: Alcalde, ponte una onza en la boca y cuando empiece a deshacerse, toma un pequeño traguito de coñac, y así hasta apurar la copa. Perfecto, imagino que todo aquello le parecía una bobada, tomó a chunga la cosa y junto a Evaristo que tambièn secundó la acción aquello se convirtió en una guasa.
     En un momento de la velada, Perfecto entra al baño y como tardaba un poco Juan Cantó le dice a Evaristo que se tiene que marchar con urgencia a Alicante, que ha recordado una cita a la que llegará tarde, que le despida del Alcalde cuando salga. Y se marcha.
     Al cabo de unos minutos sale Perfecto del aseo, producto quizá del bebeycaga a que había sido sometido en la sobremesa y al no ver al cura, le pregunta a Evaristo que le repite las palabras del "prelado", que se ha tenido que marchar a toda pastilla (no la de chocolate, que se quedó en la barra.)
     Y la frase de Perfecto que se olía lo peor: Pero t'ha pagat les copes?
     Evaristo, descojonándose, le dice que no. Mientras Perfecto abona tres mil pesetas, masculla un serà fill de ...?
     La broma acabó unas semanas después, me la contó Perfecto cuando entré en su despacho a que firmara una factura que nos descolocó a todos. De la tienda de Gandía llegó una factura de pocas pesetas de una pastilla de chocolate de "La Mare de Déu" a nombre del Ayuntamiento.
     Pero tampoc va pagà el xocolate? Serà...
                                                                                                      CONTINUARÁ...

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