jueves, 10 de mayo de 2012

Cancionero (I)

    Pues no he cantado yo de niño. Yo y todos los que íbamos a la escuela de don Joaquín, la conocida como la del Frente de Juventudes. Era una canción tras otra. Desde la primera de la mañana izando bandera, hasta la última de la tarde en el arriado de la misma.
     Pero en esta serie de entradas voy a recordar las que inofensivamente cantábamos a mediodía antes de ir a casa a comer. Eran canciones que los paseaban por toda la geografía española. Y todas con mensaje, y no cifrado. En corto y por derecho, para cultivar el espíritu nacional y borrar, por si quedaba, alguna secuela de la horda roja.
     Y así salí, hasta el moño de cantar esas canciones, reaccionario a todo aquello que me intentaban inculcar a la fuerza. Hubiera sido más fácil seguir la estela azul, pero me gustó más el color rojo, ¡qué le vamos a hacer!
     En materia. Vamos a algunas de ellas, subrayando en negrita lo de alienante que tenían y tienen estas letras.
     Para muestra un botón. Es el himno del carlismo, conocido por Marcha de Oriamendi. Decía así:
                               Por Dios, por la patria y el Rey
                               Lucharon nuestros padres.
                               Por Dios, por la patria y el Rey
                               Lucharemos nosotros también.
                               Lucharemos todos juntos
                               Todos juntos en unión
                               Defendiendo la bandera
                               De la Santa Tradición.  
 
     Pues este lo cantábamos y ya me chocaba a mí lo de luchar por el Rey, si teníamos Generalísimo. Y no entendía lo de la Santa Tradición.
     Otro himno que cantábamos era el de San Fernando, Patrón de la Juventud (Nacional-Sindicalista), claro.
                              A ti capitán San Fernando
                              patrón de la juventud,
                              juventud nacional-sindicalista
                              te pedimos guía y luz.

     Yo confundía lo de capitán, como cargo militar, con el capitán de un equipo deportivo. Porque siempre, en el día de San Fernando había tablas gimnásticas, partidos de fútbol. No había clase y relacionaba más el deporte con este Santo Capitán que con tres estrellas de seis puntas. Y lo que me descuadraba entonces era lo de juventud nacional-sindicalista. No entendía nada, ¿qué sindicatos? Si sólo existía el vertical l´Asens, donde trabajaba mi padre por la tarde y allí no estaba San Fernando en ningún cuadro. Allí sólo había un crucifijo y dos trapices; uno con la cara de Franco y el otro con la de José Antonio. Un lío. (CONTINUARA...)

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