Más canciones:
La mirada clara y lejos
y la frente levantada
voy por rutas imperiales
caminando hacia Dios (el Sol)
Quiero levantar mi patria
un inmenso afán me empuja
poesía que promete
exigencia de mi honor.
Montañas nevadas
banderas al viento
y el alma tranquila
yo sabré vencer.
Al cielo se alza
la firme promesa
y hasta las estrellas
encienden mi fé.
Esta la cantábamos cada dos por tres porque seguía: José Antonio es mi guía y bendice Dios mi esfuerzo, cinco flechas florecidas... Y no entendía como florecían las flechas, ni cómo promete la poesía, ni nada de nada.
También cantábamos canciones regionales, porque no había Comunidades Autónomas, ni País Vasco -que se llamaba Vascongadas- ni Països Catalans. Todo estaba tergiversado. Recuerdo que en los tebeos salía Caperucita Encarnada, nunca Roja.
Pues de estas regiones de España cantábamos hasta canciones vascas: Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla, con la falda remangada, luciendo la pantorrilla. Vengo deprisa y corriendo porque me oprime el corsé... Eso era erotismo...
Y aragonesas: Al buen pan de Aragón, muchachos acudir, que lo vendo barato y me tengo que ir...
Y asturianas: Asturias, patria querida, Asturias de mis amores, quién estuviera en Asturias, en algunas ocasiones. Ahora se ha cambiado esta última estrofa y se canta: en todas las ocasiones
Termino con una que tenía su gracia: Ya se murió el burro de la tía Vinagre, ya se marchó el burro de esta vida miserable. Que tururururú....
Y esto le hago yo a toda esta lavada de cerebro a niños de la posguerra que mamaron cuarenta años de dictadura y de allanamiento de conciencias: ¡¡¡Tururú!!!
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