martes, 25 de octubre de 2011

Vocación

     La tarea de político local es muy apasionante. A priori, es dedicar tu esfuerzo, tu tiempo, en beneficio de la Comunidad. Es gratificante, si se tiene vocación.
     Hay que ser valiente, saber decir que "NO" muchas veces. Lo fácil es decir a todo que si, comprar voluntades particulares en detrimento del colectivo, esa gran masa callada y sufrida, que no pide nada para si, pero que espera que esos "NO" a unos pocos, repercutan en la mayoría.
     Y da la casualidad que ese vulgo municipal, es el que decide en las urnas cada cuatro años. Los voceros, aprovechados, sectarios, son los que hacen perder los comicios -para más inri- a los que les hacen el caldo gordo.
     Retomo el primer párrafo: "esfuerzo en beneficio de la Comunidad", no en beneficio propio, especulando, poniendo el cazo, sacando tajada de cada contrato o de cada adjudicación directa, de cada decisión. Eso como mal menor, es delito de prevaricación y/o como se dice en mi pueblo: lladronisme.

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