lunes, 23 de mayo de 2011

La cuesta

     En la salida hacia Monòver, en lo alto de la cuesta, antes de llegar a la subestación de Iberdrola, estuvo La Cuesta, casa de putas célebre en Pinoso y sus alrededores. Algunos la llamaban La Cuesta de las Perdices, rememorando su homónima madrilena. Para nosotros era La Cuesta, a secas.
     Allí se cocieron algunas anécdotas dignas de ser reseñadas, por el salero sobre todo de su "madame", que se prestaba a cuantas bromas se le ocurrieran a ella o a cualquiera de sus habituales.
    Entre ellas se cuenta que otro personaje entrañable de Pinoso, bajito y albañil, fue una tarde y solicitó los servicios de una "lumi". Como no había otra a mano, fue la jefa quien lo atendió. Ella ya entrada en carnes y él enjuto. Ya vistiéndose para despedirse le dice: ¿No me habrás "apegao" na, verdad? Y ella le contestó: ¡Pero si te has "corrío" en una arruga!

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