domingo, 29 de mayo de 2011

Sin letra

     A cuadros me quedé. El pobre Contador es diferente al resto de mortales. En vez de soportar una cruz, soporta dos. Una, la de sus picogramos de clembuterol, excusa minimésima para intentar arrebatarle los triunfos que pedalada a pedalada ha conseguido como mejor ciclista del mundo, que lo es. La UCI debería estar en la UCI, al menos sus directivos. Y otra cruz: la de los himnos. El 26 de julio de 2009 le ponen el de Dinamarca cuando gana el Tour y el 29 de mayo de 2011, cuando gana el Giro, el preconstitucional de España, ¡con letra! ¡Y qué letra!
     ¡Qué vergüenza lo de las letras de los himnos! El que sonó ayer es la escrita por Pemán, en la Dictadura de Primo de Rivera, que asume extraoficialmente Franco desde su golpe de Estado al Gobierno Republicano. Se oyen frases como: "alzad los brazos, hijos del pueblo Español que vuelve a resurgir". En la letra de Pemán dice "alzad la frente", pero Franco, modifica con el saludo fascista la letra y sustituye frente por brazos. Tambíén se lee: "los yunques y las ruedas cantan al compás" y otras sandeces al estilo:  "Gloria a la Patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del sol". Tampoco es tan difícil sentarse en la playa y ver -como un bobo- cómo el sol se refleja en el mar horas y horas.
    Pero no es solo la letra que se escuchó ayer, la que me indigna. El himno francés -La Marsellesa- no puede ser más patético: Creo que es el francés uno de los himnos más sanguinarios de los que se cantan por ahi en ceremonias y actos oficiales. Que un francés todo orgulloso cante: "¿No oís bramar por las campiñas a esos feroces soldados? Vienen a degollar a nuestros hijos y a nuestras esposas ¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, que una sangre impura, empape nuestros surcos". No tiene ni puta gracia.
    También esto de los himnos conduce a errores, como que suene el Himno de Riego por la Marcha Real, como ya ha ocurrido. Me inclino por los himnos sólo con música, sin letra, sin manos en el corazón. Que un himno es un himno, un cierre o un broche a una hazaña deportiva, o a un día especial, pero nada más.
    Y a Contador, que va a ganar muchos Tours, y muchos Giros y muchas Vueltas, ya solo le falta que se equivoquen y en la próxima le pongan: "Mi carro me lo robaron" como lo han pretendido con sus triunfos.

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