lunes, 5 de marzo de 2012

¿Abiertas o cerradas?

     Esta entrada viene provocada por el cambio que en los estatutos de la asociación de la tercera edad "11 de septiembre", ha tenido días atrás.
     Sentemos bases: en primer lugar diremos que antes del cambio estatutario, los órganos de dirección se elegían por listas abiertas. El/la que más votos sacaba, era presidente/a; el/la segundo/a,  vicepresidente/a; el/la tercero/a, era por obligación secretario/a; el/la cuarto/a, era sin excusa el/la tesorero/a y el resto vocales. Parece democrático, ¿no?
     Yo soy partidario que en pueblos de menos de veinte mil, las listas deberían ser abiertas. Que los votantes eligieran a quien más le gustara y no a quien el partido coloca en los primeros lugares. Que el/la alcalde/sa fuera quien consiguiera más votos entre los/las presentados/as. Y que él/ella eligiera sus concejales/as para gobernar.
     Ya sé que esta formula tiene muchos detractores. Los argumentos se basan en que se elimina el sistema partidista, que una vez elegido/a sería difícil el control disciplinario que ejercen los partidos políticos,... Eso sería tema para un debate, o cien debates. Pero a priori, me gusta la lista abierta, lo manifiesto.
     Volviendo al tema: entonces, ¿nuestros mayores han dado un paso atrás, eligiendo pasar de listas abiertas a cerradas para futuras votaciones? Pues yo digo que no, y aclaro para que no sea una contradicción con los párrafos anteriores.
     Tal y como estaba en los estatutos, un/a presidente/a elegido/a con amplia mayoría, podría tener en su Junta Directiva como vicepresidente/a a su oponente y complicarle el mandato día a día. O que el/la tercero/a en número de votos no supiera escribir y/o manejar un ordenador, y por lo tanto estaría impedido/a para ejercer como secretario/a. O que el/la cuarto/a no supiera sumar y tuviera que ejercer de tesorero/a.
     ¿Cómo se solucionaban estos problemas con los estatutos anteriores? Pues que las actas las hacía uno/a, las cuentas las llevaba otro/a y las firmaban los titulares. Y no hacemos mención a los/as otros/as, ¿vale?
    Y en aras a la autonomía de nuestros mayores, que son capaces de llevar sus cuentas y de redactar actas de sesiones, en aras a tener una junta directiva de gente homogénea y que no tenga en su seno a detractores por el mero hecho de ser contrarios al/a la presidente/a electo/a, opino que han hecho bien cambiando estos dos artículos de sus estatutos. Porque una cosa es ganar unas elecciones y presidir la asociación y otra tener que hacerlo al lado de frustrados/as que han quedado segundos/as, terceros/as y que, como los patos, lo que no se comen lo echan a perder. Que un mandato son muchos días -más de mil- y pueden parecer el doble.
     El que vale, vale y el que no, p'a cabo.

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