martes, 8 de noviembre de 2011

Vivienda y Suelo

     Es mayúscula esta desdicha. Explicar para que se crean estos artificios será un buen comienzo. Y llamo artificios a empresas municipales y supramunicipales como la titular de la entrada y otras mancomunadas.
     Para un político que quiera regatear balances, camuflar o disfrazar proyectos, no hay nada mejor como una envolvente como éstas.
      Un presupuesto municipal está sujeto a control plenario: se aprueba inicialmente, se fiscaliza tramo a tramo, pago a pago si se quiere, vuélvese a aprobar su liquidación y su cuenta general.  ¿Quién ha visto alguna vez el presupuesto y la liquidación de VyS o el de la Mancomunidad de la VyM. Están, pero no se ven, son como las meigas.
     Y eso quiere un político opaco y difuso para desviar el dinero del presupuesto madre y alimentar estos otros para hacer y deshacer sin dar cuenta, que no sea a sus compañeros de fatigas. De esta forma valoramos a VyS.
     Fue una empresa ideada por su mentor con el fin de proporcionar vivienda de protección oficial y barata al proletario, en momentos en que la vorágine de la burbuja inmobiliaria levantaba sus primeras ampollas y se posicionaban los advenedizos especuladores, porque los de siempre han tenido puesto fijo.
     Pero ni una casa construida, nada de nada, cero patatero.
     Y es que el político con esta baza en la mano, se deja querer por los del ladrillo que le intentan disuadir de la idea de este tipo de construcción. ¿Cómo entonces van a vender la suya, más cara? ¿Qué necesidad tenemos de esto, concejal? Anda, déjate llevar.
     Pero ante el votante hay que vender que es y sigue siendo una buena idea. Se contrata a gerente, más tarde a auxiliar, dos del partido. Se monta despacho lejos del edificio de la Casa Consistorial para lo de ojos que no ven... Y tacita a tacita, mes a mes, se llega a 825.000 eurazos, que una póliza intenta vestir su desnudez. Esta póliza no forma parte del presupuesto municipal y por lo tanto, de momento, no llama la atención, hasta que un día se manifiesta con todo su dolor.
     Concejales y un alcalde tras otro no desmantelan la insaciable máquina de generar deuda que es VyS. Pero llega el momento que o pare o revienta. Y revienta y hay que darla de baja y asumir la deuda.
     Todavía en los estertores finales, el concejal que, ya de luto, tutela la muerte agonizante de VyS, intenta cobrar sus desvelos a razón de unos miles de euros al año, pero ante el clamor popular, que ya conoce a la moribunda empresa, renuncia.
     Pinoso también tiene, a su manera, el 15M, aunque tarde, muy tarde ha dado la puntilla.
     Y ahí quedó, para mofa, befa y escarnio un agujero de un millón de euros. Y todo no fueron sueldos.

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