miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡..., sal fuera!

     Dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!» (Juan 11,43).
     En este versículo del N.T. los puntos suspensivos del título de esta entrada están sustituidos por "Lázaro", el hermano de Marta y María que había muerto y llevaba tres días en el sepulcro.
     Yo añado a este nombre bíblico el español apellido "Martínez" y queda una composición dedicada al médico y ex-concejal que nos ha dejado con una sorda despedida.
     Ha pedido un traslado a otra población, eventualmente, y ha llegado una sustituta, Natalia Doñate, con el cargo de coordinadora del Centro de Salud de Pinoso, desde el pasado 10 de noviembre. Estos del P.P. no dan puntadas sin hilo.
     Hasta aquí la noticia. Ahora algunas preguntas:
     Cuando llegó Martínez Lázaro, voceó que la Virgen de la Salud (de Elda) y la del Remedio (de Pinoso) se habían confabulado para traerse a esta eminencia a nuestro pueblo. Ahora, ¿qué pasa? ¿Han perdido las amistades? ¿Se han dado cuenta de su error y han pactado su traslado a otro pueblo? Este hombre, a parte de ser un político frustrado por haber salido por pies de Elda y de Pinoso, tiene delirios de grandeza hasta el punto de creer que las Mares de Déu pactan sus traslados. Es un brote que debería hacerse ver.
     En otro delirio dijo que él se enterraría en Pinoso. ¿Se ha dejado el nicho comprado? ¿O esperaba que se lo regalara el Ayuntamiento? Lo digo porque en la ampliación del cementerio hay parcelas a la venta. Lo que no tenemos es panteón de personas ilustres y quizá él no quiera...
     De su gestión como médico ni quiero ni puedo decir nada porque no he estado en sus manos. Pero de su gestión como político, tendrá sus momentos de gloria en este blog. Ha dado tema para regalar y vender. Y es que la manía de los populares de poner médicos en sus puestos de salida en Pinoso, puede dar para una tesina. Sólo con los dos votos que perdió la candidatura popular en Pinoso en las últimas municipales hay para unas risas. Y un tercero en idénticas condiciones que también tiene molla.
     Lo que más me jode de esta despedida, es que se jugó conmigo una comida en las últimas europeas. Apostó que el PP le ganaba al PSOE por más de seis puntos, perdió la apuesta, se lo recordé, aceptó su derrota y como imaginé, se ha esfumado sin pagar la deuda. Pero le perdono la invitación.

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